La Flecha…

Un rey, que en su carruaje pasaba por un pueblo, observó una flecha disparada exactamente en el centro de un blanco, que era un círculo dibujado en el tronco de un árbol.
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Intrigado, se dió cuenta que ademàs había otras flechas disparadas en varios sitios, todas con la misma precisión en el centro del blanco.
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Sorprendido por la habilidad del arquero, mandó a sus pajes a buscarlo.
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Después de algunos minutos encontraron al autor de los certeros disparos.
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Se trataba de un niño de no más de 12 años.
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– Eres tú el hábil arquero? -preguntó el rey.
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– Sí, -respondió el chiquillo.
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Cómo haces para ser siempre tan certero en tu puntería? -preguntó de nuevo el rey.
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– Es muy simple, -dijo el muchacho-, primero disparo la flecha y después dibujo el blanco alrededor del ella.
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Piensa por un momento si hacemos eso en nuestras vidas con las personas que nos rodean. Lee el resto de esta entrada »

Negro o Blanco?

Cuando iba a la escuela primaria, me involucré en una fuerte discusión con un niño de mi clase. He olvidado de qué se trataba la discusión, pero nunca olvidaré la lección que aprendí ese día.

Ambos estábamos convencidos de tener la razón y que el otro estaba equivocado. La maestra decidió enseñarnos una lección muy importante. Nos trajo al frente de la clase y a él lo puso de un lado de su escritorio y a mí en el otro. En medio de su escritorio había un objeto grande, redondo. Yo, con claridad podía ver que era negro. Ella preguntó al niño de qué color era el objeto. «Blanco», contestó.

Yo no podía creer que él dijera que el objeto era blanco, ¡cuando obviamente era negro! Comenzó otra discusión entre mi compañero y yo, esta vez por el color del objeto.

La maestra me dijo que me fuera al lugar donde estaba el niño parado y a él le dijo que se parara donde yo había estado. Cambiamos de lugar y ahora me preguntó de qué color era el objeto. Tuve que contestar: «Blanco». Era un objeto con dos lados dibujados de colores diferentes, y desde su punto de vista era blanco. Sólo desde mi lado era negro.

Mi maestra me dio una lección importante ese día: debes ponerte en los zapatos de la otra persona y ver la situación a través de sus ojos para comprender verdaderamente sus perspectiva.

Lucas 6
37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. 38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Romanos 14
12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.